A diez años de la tragedia: Conchalí recuerda a Fabián Salazar, el bombero y motociclista que perdió la vida por el mal estado de una calle

ABRIL 17, 2025 a las 2:14 PM

Una década después del accidente que le costó la vida a Fabián Salazar, bombero voluntario y motociclista, Conchalí sigue esperando justicia vial y calles más seguras.

Han pasado diez años desde que Fabián Salazar Ramírez, joven motociclista y bombero voluntario de la Cuarta Compañía de Bomberos Conchalí-Huechuraba (CBCH), perdió la vida en un trágico accidente de tránsito ocurrido en la avenida José María Caro, una vía cuya falta de mantención se transformó, según la justicia, en el factor determinante de su muerte.


Era el 14 de abril de 2015 cuando su moto cayó violentamente producto de los desperfectos del camino. Un suceso que remeció a la comunidad, no solo por la irreparable pérdida de un voluntario querido, sino porque el accidente evidenció, con brutal claridad, las consecuencias de la negligencia en el mantenimiento urbano.


Tres años más tarde, el 28 de junio de 2018, la Segunda Sala del tribunal de alzada confirmó la sentencia que responsabilizaba al municipio por el abandono de la vía. En su fallo, el 29° Juzgado Civil de Santiago fue claro: “Los sucesos ocurridos no habrían tenido lugar de no existir los desperfectos que la avenida mantenía al momento del accidente”.


El tribunal fue más allá, señalando que las medidas de reparación se tomaron ex post, tras la muerte de Fabián, y que incluso los propios funcionarios municipales calificaron como “parches” las intervenciones posteriores. “De haber existido voluntad y cumplimiento estricto de la normativa, el accidente pudo haberse evitado”, sostiene el fallo.


El pasado 15 de abril, una década después de la tragedia, sus compañeros de la Cuarta Compañía de Bomberos, junto a su madre Ana Ramírez —también bombera honoraria—, se reunieron en la animita que lo recuerda. Un momento cargado de emoción, recuerdos y dolor. Porque Fabián no solo fue una víctima; fue un símbolo de entrega, de servicio a la comunidad, de ese espíritu silencioso de quienes arriesgan su vida por los demás.


A pesar del tiempo, su historia sigue viva en la memoria colectiva de Conchalí. Su nombre se repite en cada conversación sobre el mal estado de las calles, en cada reclamo vecinal, en cada llamado de atención a las autoridades.


Y sin embargo, la pregunta sigue abierta: ¿cuántos Fabián más deben partir para que el cuidado de las vías sea una prioridad real en la comuna? A diez años de su muerte, el estado de muchas calles de Conchalí continúa siendo un peligro latente.


Fabián Salazar no debería haber muerto. Su legado exige algo más que homenajes: exige memoria activa, conciencia y compromiso real. Porque mientras las calles sigan siendo trampas mortales, su historia seguirá doliendo.