Cuando no brilla la estrella: La ANFP y su táctica de último recurso

En un panorama futbolístico donde los aplausos parecen dar paso al eco de la desilusión, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) enfrenta un desafío titánico: llenar las gradas del Estadio Nacional. En la víspera del encuentro entre Chile y Venezuela, un silencio sepulcral amenaza con ser el telón de fondo para un equipo que, navegando en el último lugar de las clasificatorias sudamericanas, busca desesperadamente el calor de su gente.

Con la sombra del fracaso columbrándose sobre la selección y Ricardo Gareca en el ojo del huracán, las cifras son un grito mudo de apatía; de 40 mil entradas disponibles, apenas 15 mil han sido reclamadas. Y sí, aunque 3 mil ya tienen dueño en las manos de la afición visitante, el alma del hincha nacional se resiste a vibrar con La Roja.

La respuesta de Quilín no se ha hecho esperar. En un movimiento que destila urgencia, la ANFP despliega una oferta que bien podría considerarse un manotazo de ahogado: dos entradas al precio de una en la tribuna Andes. Un esfuerzo por revitalizar el ánimo, con un precio de $39.600 para intentar que aquellos corazones aún fieles a la selección, aunque sean pocos, se hagan presentes en un partido que se perfila más a lamento que a celebración.

Ricardo Gareca, la figura cuestionada al timón de Chile, no esquivó el tema. Con la franqueza de quien sabe que los resultados son el único idioma que el público entiende, admitió la desazón que se palpa en las gradas. 'Siempre hemos tenido el apoyo de la gente. Si ahora no está, no puedo exigir más. Necesitamos darles motivos para creer', fueron sus palabras, haciendo un llamado a un apoyo que parece más un acto de fe que una convicción futbolística.